Secado.
La hoja de Estevia es habitual consumirla desecada, de esta forma podemos almacenara y su dulzor será más intenso ya que pierde ese sabor a “verde” de la clorofila de la hoja fresca.
Tras recolectar las ramas hay varias formas de secar las hojas. Lo ideal es hacerlo en un secadero, que proteja las hojas de la humedad, la lluvia, el sol directo y mantenga una temperatura constante de 40ºC. Evidentemente hacer esto en casa es difícil pero existen alternativas.
Se pueden secar en un horno, con lo que se consigue las mejores calidades de hojas secas. Hay que tener en cuenta que la temperatura no debe pasar de los 60ºC, para que no se pierdan las propiedades. Este sistema es algo complejo y consume energía.
Nosotros recolectamos las ramas de la Estevia un día caluroso, retiramos las hojas secas, que añadimos al sustrato en el caso del kit básico, e si es hidropónico podemos echar las hojas en las macetas de otras plantas. Una vez cortada las lavamos para retirar el polvo y la suciedad y dejamos escurrir sobre un paño limpio y seco, o papel de cocina, al aire. Un vez que se secó todo el agua, hacemos pequeños manojos que envolvemos en papel absorbente y colgamos boca de un hilo abajo en un lugar seco y oscuro, por ejemplo un armario.
Dependiendo de la temperatura y humedad ambiental, las ramas se secan en promedio en una semana cuando el clima ronda los 23ºC. Una vez secas, retiramos las hojas, que es lo que vamos a consumir.
Para conservar las hojas largo tiempo debemos envasarlas. Podemos hacerlo en bolsas de plástico de propileno alimenticio y sellarlas con una máquina de selladora manual, cada vez más habituales en los hogares. Otra opción ese envasarlo en tarros de cristal limpios y secos, como los de la mermelada.
Polvo de Estevia.
Para que se muelan bien, las hojas tienen que estar bien secas, o sea deben crujir cuando las aplastamos con las manos. En caso de que tengan algo de humedad, las podemos colocar encima de un radiador no muy caliente o dejarlas unos días en un lugar oscuro, seco y cálido.
Debemos seleccionar las hojas en perfecto estado y descartar las que parezcan enfermas. Tras la selección existen varios métodos de molido. Uno muy cómodo es una batidora de cuchillas. Hace un polvo muy fino de tal forma que antes de abrir el vaso de la batidora, debemos esperar unos minutos a que se asiente, sino podemos llenar el entorno de polvo de Estevia. También se puede usar un molinillo de café eléctrico o si se quiere algo más artesanal, podemos recurrir a un molinillo de café manual y de paso ejercitamos nuestras articulaciones.
Para conservarlo basta con meterlo en un recipiente hermético y mantenerlo alejado de la luz. Sería muy bueno un recipiente opaco o en caso de ser transparente, envolverlo en papel aluminio.
Extractos líquidos, caseros.
Los extractos líquidos son más cómodos de usar, y es una buena forma de conservar las propiedades medicinales y edulcorantes, pero tienes un mayor proceso de elaboración y se conservan menos tiempo.
Podemos hacerlos partiendo de hojas frescas o secas, el resultado final es similar. Como disolvente tenemos alcohol o agua.
En el caso de usar agua preparamos 4 partes de agua caliente, muy importante el agua fría no da buen resultado, por una parte de hojas secas molidas. Dejamos macerar 24 horas en un lugar oscuro. Tras este periodo pasamos al filtrado, que puede ser con un colador de tela, un filtro de papel o incluso un simple papel de cocina. Si queremos una mayor concentración del dulzor, podemos volver a calentar el preparado, añadir una parte más de hojas secas molidas, dejar reposar 24h y volver a filtrar.
Este preparado debe conservarse en la nevera, no más de 2 semanas y la mejor forma es en una botella de cristal opaca con cuentagotas para su aplicación. Si el cristal es transparente, aconsejamos envolverlo en papel aluminio o similar. Este consejo se aplica a todos los extractos.
Este extracto es muy dulce, pero no tanto como los comerciales que se hacen a base de glicósidos purificados. Pero el nuestro no lleva conservantes y conocemos el origen de la Estevia. Es muy adecuado para endulzar batidos, infusiones, refrescos, cafés, yogures, etc.
Otra opción es usar alcohol etílico para uso alimenticio, pero también sirven bebidas alcohólicas de alta graduación como el whisky, ron vodka. Si alguien se le ocurre el aguardiente gallego también vale, pero el resultado final puede tener un sabor diferente de lo esperado, debemos usar bebidas con poco sabor.
La proporción es la misma que para el caso del agua. También se deja macerar 24 horas y se filtra. Tras este proceso debemos calentar suavemente el preparado para evaporar parte del alcohol., tras lo cual lo diluimos con un poco de agua.
El alcohol es mejor disolvente que el agua, así que extrae más componentes de la hoja que el agua y ayuda a conservar más tiempo el extracto. Pero debemos conservarlo en la nevera, en un recipiente opaco y puede aguantar hasta 1 mes.
Extracto concentrado de Estevia.
Si queremos mayor poder edulcorante, debemos concentra más el extracto. Para ello en una olla con agua introducimos hojas frescas o secas y calentamos lentamente, hasta que rompa a hervir. Lo dejamos que hierva 10-15 minutos y luego lo filtramos con cuidado. Tras el filtrado lo volvemos a hervir un buen rato para reducirlo. De esta forma evaporamos una gran parte del agua hasta que obtener un líquido de color oscuro y muy denso. Este concentrado se guarda en botes de cristal oscuros en un lugar alejado de la luz y el calor. La nevera es un buen sitio.
ALGUNAS RECETAS CON ESTEVIA.
NATILLAS.
Ingredientes:
- 1,5 Litros de leche.
- 6 yemas de huevo.
- 1 cucharadita de café rasa de extracto de Estevia.
- La cáscara de un limón.
- 1 ramita de vainilla.
- 1 cucharada sopera rasa de maicena.
Empezamos poniendo a calentar la leche con la cáscara de limón y la vainilla. Mientras se caliente en un bol batimos las yemas con la maicena y el extracto de Estevia. En el momento que la leche empiece a hervir, cogemos un cucharón y la vertemos lentamente en el bol donde batimos las yemas. No dejamos de remover hasta que estén bien mezclados.
De seguido echamos el contenido del bol en la olla donde hervimos la leche y bajamos la intensidad del fuego y removemos con una cuchara de madera sin parar y sin dejar que hierva la crema. Se formará una espuma en la superficie y removeremos hasta que esta espuma desaparezca. En este instante estarán en su punto, así que podemos colarla para eliminar las cáscaras y las ponemos a enfriar.
BEBIDAS ISOTÓNICAS.
Las bebidas isotónicas tienen por finalidad rehidratar el cuerpo. En su composición contienen distintos azúcares y sales minerales para reponer rápidamente el agua y las diferentes sustancias que se pierden con la sudoración excesiva., que son más de cien sales.
La hidratación antes, durante y después de cualquier esfuerzo es necesaria para rendir correctamente, además favorece la recuperación y ayuda a prevenir posibles lesiones. Podemos preparar nuestras propias bebidas sin recurrir a soluciones industriales con colorante, conservante y demás.
- 25 Cl de litro de agua de mar.
- 75Cl de litro de infusión de Estevia.
- Zumo de 1-2 limones, o de 1-2 naranjas (según gustos).
La infusión de Estevia podemos prepararla con hojas frescas, con hojas secas o añadiendo al agua extracto. Según el nivel de dulzura que deseamos, debemos añadir más o menos Estevia.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.